“Jóvenes de Costa Rica ocupen un lugar en la historia” con estas palabras dichas por Óscar Arias Sánchez el día de ayer, me hizo retrotraer varios años de mi vida, por mi mente pasaron los momentos cuando mis compañeros de escuela me encomendaron funciones para luchar por nuestra querida Escuela Monseñor Sanabria.
Me recordó cuando tuve la fuerza junto a mi amigo José Rodolfo Ibarra para crear un partido político en el Colegio San Luis Gonzaga y obtener en segundas elecciones la responsabilidad de dirigir el gobierno estudiantil.

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Confieso que tuve miedo, confieso que ese susto por mi inexperiencia quería paralizarme, pero mi ganas de producir un cambio impulsado por la fuerza que me había dado durante la niñez el hecho de vender periódicos, de haber sido dependiente en varios tramos y con orgullo y de jalar bolsas los fines de semanas para tener el dinero y seguir estudiando, hizo que saliera adelante.
Los miedos paralizantes, los fui derrumbando con el sabio consejo de la niña Julieta, del profesor Franco Fernández, Rafael Howells, Humberto Poltronieri y mi mentor Jose Rafael Edwards Calderon. Ellos me retaban a ocupar ese lugar en la historia, vencí los miedos, siendo de cuna sencilla, le he podido servir a mi patria desde la Asamblea Legislativa y desde mi vocación como abogado y periodista
Por esto en este momento recuerdo las palabras de Juan Pablo II en la Jornada de Mundial de la Juventud del 2000, “Jóvenes de todos los continentes ¡no tengáis miedo” y como lo digo el Premio Nobel de la Paz «Jóvenes hay que ocupar una lugar en la historia”